Sé que no puedo salvar a mi hija ya, pero no puedo quedarme de brazos cruzados mientras otras familias sufren la misma situación. Por eso, he decidido fundar una organización para investigar y encontrar una cura definitiva para esta enfermedad. He reunido a los mejores científicos y médicos del mundo para trabajar en este proyecto, invirtiendo todos mis recursos y tiempo en esta causa.

A veces siento que estoy luchando una batalla perdida, que quizás nunca encontraré una cura, pero la memoria de mi hija me impulsa a seguir adelante, a no rendirme y a trabajar incansablemente por este objetivo. Sé que ella estaría orgullosa de mí si pudiera verme ahora, luchando por algo en lo que creíamos juntos.

Esta organización no solo busca una cura para la enfermedad, sino también brindar apoyo y esperanza a las familias que luchan contra ella. Quiero que sepan que no están solos en esta batalla y que juntos podemos hacer la diferencia.

Mi hija no volverá, pero su legado sigue vivo a través de esta organización y de todo lo que estamos haciendo para encontrar una cura y ayudar a otras personas.